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Aumenta el número de padres que contratan detectives para vigilar a sus hijos en Internet

En los últimos tres años, la demanda que hacen los padres de detectives que investigan la vida de sus hijos en Internet ha crecido un 200% en países como Chile o Colombia. Los padres que usan estos servicios son jóvenes profesionales, de no más de 40 años, que tienen hijos de entre ocho y 15 años. Y aunque saben de tecnología, no se manejan al nivel de sus hijos.

¿Han declinado los padres manejar los programas de control parental?

Juan Pablo Westphal, psicólogo infantil destaca que «lo que más preocupa a los padres son los vínculos afectivos que puedan generar los hijos en internet con gente desconocida», afirma. «Sin embargo, muchas veces son temores infundados y sobredimensionados».

El especialista aconseja tratar de incluirse en el mundo digital de los menores. «Es bueno que los papás conozcan a sus hijos por internet, que estén atentos a lo que hacen, que chateen con ellos, que compartan la PC», afirma Westphal. «Así será más facil poner límites».

«Es complicado caer en medidas como espiarlos, porque si se enteran van a sentir que no confían en ellos y terminar rompiendo el vínculo con los padres», explica. «El riesgo es demasiado alto».

Fuente: rafaela.com

La mayoría de las infracciones de los menores en la red se hace desde casa

El robo de claves de correo electrónico, la usurpación de identidad en el messenger, colgar imágenes de terceros sin su consentimiento en los portales de las redes sociales o incluso crear perfiles de otros sin su permiso son algunas de las conductas cada vez más habituales de los menores en la red. Este comportamiento puede costar la cárcel. Por ejemplo, el robo de claves está penado con hasta cuatro años de prisión; la usurpación de la identidad en el messenger puede costar otros tres años de cárcel, a los que se suma una hipotética condena por injurias o amenazas.

Los colegios, sobre todo los denominados TIC, están medianamente alertados de estos riesgos. Ayer, más de un centenar de coordinadores TIC acudieron a una jornada formativa organizada por la Sección de Delitos Tecnológicos de la Fiscalía de Málaga, en colaboración con la Delegación de Educación y la Policía Nacional. Entre esta multitud estaba Francisco Jesús Martínez, responsable TIC del colegio Salvador Rueda, quien incluso considera una «ventaja social» que estos comportamientos sucedan y se detecten en la escuela «porque se pueden abordar y resolver y es una oportunidad pedagógica para todos».

Sin embargo, todos los indicios apuntan que estas conductas tienen lugar sobre todo en la casa, en la que los menores tienen acceso sin control a ordenadores. La pelota, por tanto, no sólo está en la escuela, sino también en el domicilio familiar donde los padres, en la mayoría de los casos al borde del analfabetismo tecnológico son responsables de una generación sobrada en conocimientos digitales pero no demasiado consciente de sus consecuencias. Por ejemplo, es frecuente que ignoren que «internet deja rastro», es decir que los contenidos que por ejemplo se depositan en una red social pueden ser extraídos y manipulados.

Fernández-Llebrez equiparó las imágenes que se cuelgan en redes sociales como Facebook, Tuenti o Twitter con «pegar fotos personales en una farola». Los chicos suelen ser candorosos y creer a pie juntillas en la identidad de sus interlocutores en los chat. Además, son usuarios activos de los programas P2P como el emule. «Se descargan contenidos que dejan en carpetas que tardan semanas en abrir. En muchas ocasiones esos ficheros ocultan pornografía», alertó ayer el jefe del grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional, Antonio Domínguez. Desconocer el contenido no exime de la responsabilidad penal.

Desde este inspector policial, hasta el fiscal de Delitos Tecnológicos, Jacobo Fernández-Llebrez, y el delegado de Educación, Antonio Escámez fueron unánimes al señalar que una medida tan eficaz como simple para detectar que los menores incurran en conductas delictivas o sean víctimas de ellas reside, simplemente, en impedir que tengan el ordenador en su dormitorio. En su opinión, debe de estar en una habitación común.

Otra fórmula eficaz es instalar filtros que impidan el acceso a determinadas páginas. Incluso el fiscal Fernández-Llébrez llegó a relacionar la irresponsabilidad paterna por no disponer de estas barreras con «ir con el niño de la mano por los prostíbulos de la ciudad».

Los responsables de la Fiscalía y de la Policía animaron a los profesores a ayudar a los padres a evitar que los menores sean sujetos activos o pasivos de la delincuencia cibernética mediante actitudes que tampoco exigen un gran conocimiento de las nuevas tecnologías. Apostaron por estar al tanto de las relaciones personales de los menores, aunque con la prevención de que siempre prima el derecho a la intimidad sobre el de la educación. Ya ha habido chicos que han denunciado a sus padres por controlar sus conversaciones y han perdido.

Fuente: malagahoy.es

Una madre localiza al acosador de su hijo haciéndose pasar por él en el messenger

Para dar con la persona que sospechaba acosaba a su hijo de 15 años, una madre suplantó su identidad en el messenger y concertó una cita con el depredador. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han detenido a un joven de 22 años acusado de un presunto delito de corrupción de menores.

Fuentes de la investigación aseguran que la madre entró en el messenger y logró leer las conversaciones que éste mantenía con el arrestado y también charlar con él durante varios minutos.

Tras un rato comunicándose con el joven, que supuestamente le habría ofrecido dinero por favores sexuales pensando en todo momento que charlaba con el menor de 15 años, la madre logró concertar una cita con él en una céntrica calle de la ciudad de Vigo. Fuentes de la investigación aseguran además que el detenido habría ofertado dinero con anterioridad a su hijo, aunque éste se habría negado en todas las ocasiones.

Una vez que la madre logró citarse con este varón, llamó a la Policía Nacional, a la que relató sus sospechas y el presunto acoso al que estaba sometiendo el joven de 22 años a su hijo de 15. Además, les trasladó que acaba de concertar una cita con el varón en una calle de Vigo, donde se personaron los agentes para arrestarlo.

Fuente: farodevigo.es

Charlas para evitar el grooming y los delitos en Internet

Ante el aumento de casos en que los menores acceden a quedar con adultos que conocieron en chats o en redes sociales y la proliferación de ciberdelitos en la red – según El diario mexicano El Siglo de Torreón el 40% de los delitos en EEUU se comete o se plaena en Internet-, las escuelas norteamericanas han puesto en marcha un plan de charlas de especialistas cibernéticos para alertar a los padres de familia y a los niños sobre los riesgos de Internet.

Las recomendaciones más comunes son las siguientes:

Colocar la computadora en una parte pública de la casa y vigilar constantemente que sitios y tipo de información observan sus hijos.

Conocer las claves y contraseñas de los correos y portales que utilizan los menores es esencial, incluso para el caso de una emergencia o delito.

Revisar de manera frecuente los correos de sus hijos así como el nombre de las personas con las que tienen contacto. Si hay alguno que él o ustedes no conozcan de inmediato investigarlo a fondo y no proporcionar ninguna información personal.

Es responsabilidad de los padres el uso que el menor haga del Internet, la libertad a la privacidad no cabe aquí, sería tanto como dejar un arma cargada a su hijo.

No subir fotos personales y familiares a los sitios públicos y de ser posible no suscribirse a páginas como Myspace y Facebook. Están muy de moda, pero son el lugar perfecto para que sus hijos sean contactados por algún criminal.

Cualquier mensaje extraño debe comunicar de inmediato a las autoridades o al proveedor de Internet para ser investigado, en este caso más vale prevenir que lamentar.

Finalmente no permita que sus hijos se excedan en el uso del Internet, es muy fácil volverse adicto a tanta porquería que desgraciadamente abunda en la red de red

Fuente: elsiglodetorreon.com.mx

La policía recomienda a los padres el control parental frente a los riesgos de Internet

Cerca de una docena de colegios de El Egido contarán, dentro de un Plan Director para la Mejora de la Convivencia y Seguridad Escolar, con las charlas que para profesores, alumnos y padres dará
La coordinadora de Participación Ciudadana del Cuerpo Nacional de Policía de El Ejido, Raquel Martínez sobre los principales riesgos de internet y el modo, a través del control parental, de enfrentarse a ellos.

Según la coordinadora de Participación Ciudadana, «la principal duda que presentan los padres es qué pasa si a mi hijo lo graban con el móvil y lo cuelgan en Internet. El ciberbullying está a la orden del día, por desgracia, y a la Policía casi no nos dan tiempo a prevenir y cuando preguntan es porque ya les ha pasado».

La mayoría de los niños «no son conscientes en absoluto de todos los riesgos que corren. No controlan hasta qué punto dejan ver su privacidad a los demás y, al fin y al cabo, Internet es una ventana a su intimidad y si cuelgan una foto, en muchas ocasiones ya no hay forma de corregir ese error».

Control parental

Por ello Raquel Martínez informa a los padres que existen herramientas para controlar este acceso como filtrado de páginas web a través de palabras clave, controladores de horario de conexión o recomendaciones como instalar el ordenador en un espacio común para la familia en lugar del cuarto del escolar.

Chat y redes
Según los estudios que presenta la coordinadora, sólo uno de cada tres niños accede a Internet a buscar información y hasta el 28% visita páginas porno y el 38% ve páginas de violencia. La mayoría de esos alumnos visitan chat (donde el 38% llega a dar su número de teléfono y el 14% se cita con desconocidos) o se enganchan a redes sociales como hi5, twenti o facebook.

La Policía Nacional también explicó algunos riesgos del uso del móvil en edades muy tempranas por las amenazas de recibir fotos inapropiadas, ‘picar’ en los sms publicitarios o ser objeto de ciberbullying, es decir, ser grabado con el móvil mientras otro compañero del centro maltrata física o psicológicamente.

Fuente: ideal.es

El control en Internet empieza con la educación y sigue con el software

«Algunos padres piensan que el ordenador es una televisión y dejan al niño solo y no se dan cuenta de que él no se puede autoeducar», señala Mar Monsoriu, autora del libro Técnicas de Hacker para padres.

La clave se encuentra en que los padres se ocupen de la educación de sus hijos también en el entorno de las nuevas tecnologías, igual que cuando se tratan otros asuntos cotidianos.

Software, la última opción

«Si no se les controla ni se les da ninguna directriz, tenderán a meterse en líos por pura y dura ignorancia», sostiene la experta. Sólo ve útiles los programas de control horario porque «los chicos dedican un tiempo extraordinario a los videojuegos«. Con estos, los progenitores pueden asegurarse de que los niños usen el ordenador sólo cuando ellos estén en casa y que por las noches permanezca apagado.

Programas de control parental

Windows Vista dispone de un control parental que permite seleccionar los programas que se podrán usar y los sitios web que los niños no pueden visitar

Lo mismo sucede en el caso de Mac Os X, que ayuda a bloquear sitios web para que no se pueda navegar por ellos, o establecer límites de tiempo de uso a través de un calendario. Además, ofrece un registro que guarda los sitios web que han visitado los hijos, los programas que han abierto y las personas con las que han chateado.

Monsoriu aprecia desventajas en estos sistemas integrados porque el padre debe ser el administrador del equipo, y «eso no está al alcance de la mayoría». Los niños son los administradores porque «descubren que con ese perfil pueden instalar programas» mientras que los padres se quedan como simples usuarios.

Regular el chat

Otro programa de control parental es Chat Controller, que sirve para fijar a qué horas no se permite acceder a los principales programas de mensajería instantánea (Windows Live Messenger, Yahoo! Messenger, Skype o Google Talk, entre otros). Para Linux se puede encontrar Timekpr, mediante el cual se limita el tiempo de uso diario del ordenador.

Si se compra un móvil a un menor, conviene que sea de contrato y no de prepago, porque así los padres tendrán constancia de las llamadas que realiza

Fuente: consumer.es

Los padres españoles son los que menos controlan en Europa la navegación de sus hijos

Entre los padres europeos, los españoles son de los más preocupados por el uso que sus hijos hacen de Internet, pero de los que menos programas de filtrado y control utilizan en los ordenadores de sus hijos.

Según los investigadores del proyecto EU Kids Online, en el que participa la Universidad del País Vasco, el 50% de los padres españoles está «muy preocupados» y el 28,2% «bastante preocupado» por los contenidos sexuales y de violencia explícita que pueden ver sus hijos por internet y el teléfono móvil. España es el segundo país de la UE en el que los padres más hablan con sus hijos sobre la Red.

Estas cifras, recogidas en el Eurobarómetro de diciembre, superan la media europea, aunque están por debajo de Francia, Grecia, Portugal y Chipre. En cambio, el porcentaje de uso de programas de filtrado (42,7%) y monitorización (32,2%) de ordenadores es inferior a la media europea, que en el caso del Reino Unido llega al 77%.

La combinación de estos datos refleja, según los investigadores, que el nivel de conocimiento de Internet de los padres españoles es inferior al de los anglosajones y escandinavos, motivo por el que están más preocupados pero utilizan menos las herramientas disponibles para evitar un mal uso de internet por sus hijos.

España es el segundo país de la UE en el que los padres más hablan con sus hijos sobre lo que hacen en Internet y más se sientan con ellos ante el ordenador, y el tercero en cuanto a la revisión de las páginas visitadas y del correo electrónico y la mensajería instantánea de sus hijos.

Además, los españoles también son de los europeos que más prohíben usar el ordenador, hablar por Internet con personas desconocidas, «chatear» y utilizar el correo electrónico.

Fuente: 20minutos.es

La adicción a Internet se multiplica por cuatro

La adicción a las nuevas tecnologías se manifiesta en el progresivo cambio de comportamiento de la persona: reserva, asociabilidad, insomnio, largas horas frente al ordenador…

Si hacemos caso del estudio realizado por doctora Kimberley Young, de la Universidad norteamericana de Pittsburg y pionera en el conocimiento de ésta y otras patologías de nuevo cuño, esta forma de adicción (en especial la adicción a internet) afecta, ya, a uno de cada diez internautas.

Carmen Bayón con la colaboración de diversos centros de Madrid y Barcelona, está realizando un estudio (el primero de estas características en España) para obtener datos fiables sobre la adicción a internet en nuestro país. Con los datos reunidos hasta el momento, el estudio apunta a que entre un 6 y un 9 por ciento de los usuarios españoles de internet podrían haber desarrollado un proceso adictivo.

Algunos de los más destacados especialistas sobre la cuestión se dieron cita el pasado 20 de noviembre en el Hospital Clínico de Madrid, donde se celebró, el «Simposio internacional sobre adicciones a nuevas tecnologías» organizado por la Fundación Gaudium, y al que asistió Pantallasamigas.

En nuestro país, dicen los organizadores, se han multiplicado por cuatro (solo durante el último año y medio), las consultas a especialistas relacionadas con el abuso de internet, las videoconsolas o los teléfonos móviles. En palabras de Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco, «cualquier adicción es una patología de la libertad», que se produce cuando una conducta inofensiva «acaba convirtiéndose en un hábito que el sujeto ya no puede controlar» y que interfiere en otros aspectos de su vida.

Esta forma de adicción (en especial la adicción a internet) afecta, ya, a uno de cada diez internautas.
La adicción a las nuevas tecnologías sigue el mismo patrón que cualquier otra conducta adictiva. Existe un «placer inicial» que se convierte en una pérdida de control sobre la actividad (compras, sexo, internet…) y que genera dependencia, síntomas que son análogos a los que generan el alcoholismo o la drogodependencia.

Según el más reciente, elaborado el año pasado por el Ayuntamiento de Madrid sobre una población de 560.000 adolescentes entre los 15 y los 24 años, aproximadamente un 15 por ciento hace un uso inadecuado de las nuevas tecnologías.

Padres poco preparados

«El 70 por ciento de los padres se confiesan absolutamente legos en el manejo de internet, de los chats, de las videoconsolas o de los juegos en red, y por tanto no tienen criterio de cómo administrarlo» según el director general de Adicciones de Madrid Salud, Francisco Babín. Lo primero que hay que hacer es detectar si existe algo anómalo en la conducta del menor,

Una vez identificado el problema, los expertos proponen combatirlo a través de la vigilancia (que los niños no estén solos cuando se conecten a internet, sino acompañados por un adulto), o impedir que el hecho de estar navegando se superponga con otras actividades de la vida diaria. También se recomienda poner el problema en conocimiento del psicólogo del colegio y actuar siempre de acuerdo con él y, en su caso, con el médico de familia.

Fuente:abc.es

El mejor control parental es inculcar un criterio en el menor

¿Se puede evitar que los menores que sean víctimas del cíber grooming o de otros delitos? Según Alejandro Spiegel, autor del libro «Nuevas tecnologías. Saberes, amores y violencias. Construcción de identidades dentro y fuera de la escuela», es más eficaz inculcar un criterio en el menor para que navegue pretegido en Internet que entablar un decálogo de prohibiciones.

   —El gobierno británico pretende endurecer los controles sobre internet y videojuegos para proteger a los menores de contenidos violentos o sexuales. Es más, publica medidas del tipo: «No deje que su hijo se comunique con gente que desconozca, no instale webcam (cámaras) y si lo hace procure restringir su uso mediante una clave, adviértale que no envíe fotos» ¿Qué opina de estas medidas?

   —Creo definitivamente que a los chicos hay que darles herramientas, algunas obvias y de sentido común como estas, en función de la autonomía. Y la autonomía es a lo individual lo que la soberanía es a lo nacional; es la oportunidad de tomar decisiones, de darse límites sin influencias ni determinaciones superestructurales. Pero para ser autónomo hay que tener criterio, y eso se forma. La idea de prohibir o controlar demasiado no sólo no ayuda a la autonomía, sino que es imposible. Y creo que detrás de iniciativas como la británica subyace una intención de control panóptico, un Gran Hermano donde se vea todo lo que los chicos hacen.

   —Y esto es tan ilusorio en internet como por fuera de ella

   —Claro que es ilusorio, y hay un tema importante para problematizar. Internet es un escenario prácticamente nuevo de interacción social donde la gente se relaciona. Aún no se puede definir si es un espacio público o privado, por eso tampoco se puede normatizar desde lo legal, comenzó como un espacio libertario y ahora esta comercializado, cambió todo, hay que repensarlo continuamente. Y en el caso de los chicos, hay adultos que les dicen que internet no es real, sino virtual; pero para un internauta que está mucho tiempo navegando, la realidad son las dos cosas. Una en todo caso es territorial y otra es digital, o sea, es una realidad compuesta. El tema es qué hacer para que los chicos se manejen en esa realidad digital.

   —¿Y qué hacer?

   —Hay que pensar estrategias desde la familia y desde la escuela que tengan en cuenta el despliegue de las experiencias de los chicos. En la realidad territorial la cosa es complicada, pero si uno no les da dinero para salir, por ejemplo, no irán muy lejos. Pero en internet la cosa va por otro lado, porque ellos pueden ir a cualquier lado. Por eso hay que trabajar la construcción de confianza con los chicos, no me refiero al consejo con moraleja, sino a crear espacios para que cuenten lo que les pasa o donde se miren al espejo.

   —Ese pensamiento, ¿desdibuja lo íntimo de lo público, como cuando se cuelga una foto en un fotolog?

   —Los chicos cuentan su intimidad con imágenes, es cierto, son nuevas formas de construcción de la comunicación, pero no todas son necesariamente malas. También mucha gente se ha conocido y bien gracias a internet o se lograron causas muy válidas socialmente. Por eso vuelvo a la idea de trabajar la confianza y esto requiere de un tiempo mucho más prolongado que el de ese click que mencionaba antes. Hay que bancarse ansiedades y angustias para lograr que un chico confíe en uno. Esto pasa en torno a internet y por fuera de ella, esto hay que trabajarlo, reitero, en la familia y en la escuela. Hay que crear espacios para que los chicos digan lo que les pasa. A veces dicen cosas inapropiadas para el entorno y se los calla o sanciona, y eso va contra la confianza. Siempre recuerdo una anécdota que viví con mi abuelo cuando era adolescente. «¿Qué te pasa?» me dijo. Le contesté que tenía problemas y se rió: «¿A tu edad?», me dijo. Y esto no es muy eficaz para la comunicación y la confianza. Los chicos deben poner sus palabras en algún lugar. Se dice que ahora con los celulares y la computadora hay menos letras y palabras. ¿Entonces? Trabajemos por las palabras, porque cuanto más palabras hay, más pensamiento hay. Si el chico sólo tiene para decir que la amiga, la comida o la música «están buenas», podrá representar con imágenes; pero si no puede expresar «delicioso», «hermoso»…se nos cae a pedazos una parte importante del pensamiento y la comunicación, y esto no se reconstruye con ninguna norma de seguridad.

Fuente: lacapital.com.ar

«La clave de Internet es regular el tiempo»

Según Carlos Pajuelo Morán, profesor de Psicología social de la Universidad de Extremadura, y miembro del departamento de Atención Temprana de la Consejería de Educación, Internet tiene «más beneficios que desventajas» para la educación de los menores. Sin embargo, admite que se dan, más que adicciones, abusos de las nuevas tecnologías. La clave, asegura es «regular el tiempo».

– Trabaja con niños en atención temprana y enseña a jóvenes de la universidad, ¿percibe cómo maduran cuando se los vuelve a encontrar a los pocos años?

– Creo que es un privilegio dar clase en la Universidad porque la inmensa mayoría está motivada. En la Universidad es distinto porque participas con tus alumnos y reflexionas con ellos, ya que la asignatura que imparto, sicología social, tiene que ver con su propio comportamiento cotidiano, sobre cómo conocemos a la gente, por qué hay personas que no caen bien o mal o sobre el enamoramiento, que es uno de los temas que más les gusta. En mi caso, ayudo a los alumnos a que hagan reflexiones sobre su propio comportamiento.

– ¿Se diferencian mucho sus alumnos de ahora respecto a los que tenía en los años noventa cuando todavía no disponían de internet?

– Yo soy un optimista y mi observación es que cada curso los alumnos que llegan son mejores que los del año anterior. Internet ha supuesto un avance espectacular para ellos y para los profesores porque facilita alcanzar los contenidos. Hace diez años hacían más trabajo de búsqueda de información, que sólo estaba en los libros. Ahora este tipo de trabajos quedarían obsoletos, ya que con dos herramientas, que son copiar y pegar, se hace un trabajo. Ahora el reto es buscar la información más actualizada y en este sentido para mí internet es una revolución y un avance. Tiene más virtudes y beneficios que problemas, otra cosa es que sólo hablemos de los problemas.

– Esta semana daba usted una charla en el instituto Castelar de Badajoz titulada ‘¿Se puede vivir sin messenger? La adicción a las nuevas tecnologías’, ¿qué cuenta?

– Mi mensaje con los alumnos y también con los padres es que internet es una herramienta positiva que nos ayuda a desarrollarnos, aunque también tenga limitaciones o desemboque en situaciones peligrosas, pero las mismas que puede conllevar conducir un coche si no se usa bien. En nuestra sociedad si unos adolescentes graban un vídeo con una pelea y la cuelgan en internet o la difunden de otro modo, esto es más noticia que si unos alumnos han sido capaces de identificar qué ríos pasan por su comunidad. Sólo trascienden las cosas malas, pero te aseguro que con internet se aprenden más cosas buenas que malas.

Regular el tiempo

– O sea, que el título es más una provocación que un reflejo de la realidad…

– Claro. Yo cuando les hablaba a estos alumnos les preguntaba ¿cuántos tienen móvil? y se reían porque tienen todos. ¿Y cuántos lo tienen apagado? Y resulta que todos lo tenían encendido aunque silenciado. ¿Qué pasa? Que se trata de una herramienta de comunicación. Lo que le ocurre a los alumnos es que con un simple toque se hacen presentes. Nosotros antes pensábamos en nuestros amigos o en nuestras parejas, pero es que ahora además dándole un toque a alguien le estás diciendo ‘pienso en ti’. Es normal que aprovechen estas cosas.

– Los datos de usuarios de redes sociales como tuenti o facebook son abrumadores, con un tiempo de uso medio de sus páginas de cuatro horas al día, ¿ha analizado este fenómeno?

– Las redes sociales están ahí y juegan un papel importante de socialización. Los adolescentes valoran tener sus grupos de referencia y poderse comunicar. Ellos están orgullosos de estar en una red social con cientos de personas que consideran sus amigos. Lo que ocurre que que generan afición, que no hay que confundir con adicción, aunque en algunos casos sí con abuso. Es su mundo particular, para ellos es gratificante estar ahí. Además, se sienten al margen del control de los progenitores. Yo doy charlas a los padres sobre este tema y les hago ver que no que es peligroso sino que quizás les quite tiempo para hacer otras cosas. En cualquier caso, los mayores deben aprender a comprender por qué este mundo de internet es tan llamativo para sus hijos. Y les pongo como ejemplo por qué en los hogares de la tercera edad cuando ponen conexión a internet la sala se llena porque todos disfrutan chateando y es que te aportan muchas cosas positivas. La clave es regular el tiempo.

– ¿Les preocupa a los padres no tener control sobre qué hay en la pantalla del ordenador de su hijo?

– Claro porque la información que a veces se da es peligrosa. Y es cierto que a veces se dan situaciones de peligro, pero igual que en la calle porque los seres humanos no somos todos bondadosos. La solución es informar a los hijos, que quieren tener su propia vida y no ser controlados. Es decir, hay que comunicarles que no toda la gente que chatea o están en las redes sociales son quienes dicen ser porque internet permite el engaño. Sólo hay que estar atentos y el padre debe decirle que si conocen a alguien que les gusta mucho no tiene que mandarle fotos o darle datos personales, pero no coartarle el uso o sentarte detrás para leer con quién hablan porque entonces empezarán a ocultar cosas.

– ¿Qué otras cuestiones preocupan hoy día a los padres en las charlas que usted les da?

– Hay una situación paradójica. Los padres actuales son los que están más preocupados por la educación de sus hijos, están muchos más formados porque hay material que da información sobre estrategias para ayudar a los hijos, desde manuales a programas de televisión. Pese a esto, esos mismos padres tienen más miedo que nunca. Antes no habían tantos temores y la cosas discurrían de forma natural. Yo creo que se debe al hedonismo y a que no queremos que nuestros hijos sufran, por eso cualquier contratiempo académico o personal de nuestros niños lo vivimos como una tragedia, no como algo normal en niños que se están desarrollando. El problema es que los padres quisiéramos que nuestros hijos se comportaran como si tuviesen 30 años. El otro problema es la comparación. Los mayores decimos constantemente ‘es que antes …’ Y no se puede comparar a los niños de ahora con los niños de antes porque la sociedad de ahora no es la de antes. Ahora, como antes, hay ventajas y desventajas, pero yo me atrevo a decir que ahora son mayores las ventajas.

– Sostiene usted que los padres de ahora son los que más se preocupan por sus hijos, en contra de otro discurso basado en que si el padre y la madre trabajan el niño pasa más tiempo solo, ¿qué opina?

– Esto es una realidad, pero cuando nuestras madres no trabajaban y estaban en casa nosotros estábamos en la calle, no bajo la estricta supervisión de ellas. Lo ideal sería estar todos juntos cuantas más horas mejor, pero es que la sociedad impone reglas a las que hay que adaptarse y esta sociedad no es peor ni mejor, es diferente.

– ¿Van muchos niños al sicólogo?

– Sí, claro, pero es bajo la siguiente óptica: en cuanto un hijo presenta un problema queremos solucionarlo con urgencia, como si fuera un problema de fontanería, pero es que los niños en su desarrollo presentan situaciones conflictivas. Los padres deben confiar en que la educación es una tarea que sembramos hoy para recoger en el futuro y hay que prepararles para cuando sean adultos.

Fuente: hoy.es