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Supervisar el uso que hacen los menores de Internet no es espiarles

Jorge Flores, director de PantallasAmigas (Foto: Eroski - Consumer)

La Revista Consumer acaba de publicar una entrevista con el fundador de PantallasAmigas, Jorge Flores Sigue al director de PantallasAmigas en Twitter. Extraemos algunas de sus declaraciones:

Es necesario desarrollar el espíritu crítico por parte de los menores mediante la información y el asesoramiento.

La responsabilidad recae en padres, educadores, psicólogos… En todos. Nosotros trabajamos en ello de forma profesional a través de la elaboración de guías, de la impartición de cursos, de creación de materiales didácticos en colaboración con las distintas administraciones, etc.

Yo he conocido a madres que sin tener grandes conocimientos en el tema tienen claras las cuatro cosas que hay que saber. Ahora bien, cuando un padre o una madre adquieren cierta competencia tecnológica la comunicación con su hijo será más fácil.

Se pueden resumir en una: conseguir que sus hijos tengan la confianza en los padres para pedirles ayuda. Deben saber que su responsabilidad es ayudarles ante un problema, sepan o no de tecnología. Todos los estudios dicen que cuando hay un problema lo último que hacen los hijos es pedir ayuda a los padres, ya sea por una falta de confianza, o porque quieren evitar las represalias, que les quiten el móvil, el ordenador… Llega un momento en el que no aguantan más y entienden que la única salida es pedir ayuda. Es cuando los casos llegan a los padres o a la policía.

El sexting entre los menores es una situación más común de lo que creemos. Si una madre lo descubre no puede decirle a su hija que ha accedido a su teléfono sin su permiso, pero está en su deber advertirle sobre el peligro del envío de esas imágenes porque podría hallarse ante un caso de corrupción de menores. La madre debería intentar que la hija confesara que algo le está pasando, que está sufriendo un acoso. Con este fin le recomendaría a la madre que accediera a unas páginas donde aparecen chicos y chicas que han sufrido acosos y que las vieran juntas. Si esta chica ve lo que puede llegar a pasarle es posible que pida ayuda antes. Si, aun así no habla, entonces los padres deben hacer una consulta con la policía y guardar las pruebas.

Los menores son sujetos de todos los derechos pero los padres y madres tienen a su vez el deber de protección. La barrera entre respeto a la privacidad y protección debería ser móvil o variable en función de cómo sea el propio menor, de su edad y de si ha detectado algún indicio de que pueda sufrir un problema. En principio no hay por qué estar obsesionados pero sí supervisar sus prácticas.

En esta supervisión ayuda el lugar en el que esté colocado el ordenador en casa. Es conveniente, sobre todo cuando los hijos son pequeños, que el ordenador se encuentre situado en una zona común del hogar. Esto no significa que los padres puedan espiar, solo que vayan a supervisar. Se trata de asegurarse de que a las tres de la mañana el menor no esté chateando. Es una ayuda. No podemos permitir que el ordenador sea un gueto más en el entorno familiar, que bastantes hay ya.

Fuente: Revista Consumer
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La necesaria evolución del control parental al empoderamiento de los menores

La comisaria de la UE responsable de asuntos de la Sociedad de la Información, Viviane Reding, dio el día 17 de septiembre un discurso titulado ¿Cómo podemos empoderar a los jóvenes para que estén seguros en Internet? Soluciones innovadoras en Europa dentro de un seminario de la World Childhood Foundation celebrado en Estocolmo (Suecia).

Según Reding, según los niños van creciendo hay que dar el paso del control parental al empoderamiento de los propios jóvenes para que estén a salvo en la Red.

Fuente: Comisión Europeao

Los padres españoles son los que menos controlan en Europa la navegación de sus hijos

Entre los padres europeos, los españoles son de los más preocupados por el uso que sus hijos hacen de Internet, pero de los que menos programas de filtrado y control utilizan en los ordenadores de sus hijos.

Según los investigadores del proyecto EU Kids Online, en el que participa la Universidad del País Vasco, el 50% de los padres españoles está «muy preocupados» y el 28,2% «bastante preocupado» por los contenidos sexuales y de violencia explícita que pueden ver sus hijos por internet y el teléfono móvil. España es el segundo país de la UE en el que los padres más hablan con sus hijos sobre la Red.

Estas cifras, recogidas en el Eurobarómetro de diciembre, superan la media europea, aunque están por debajo de Francia, Grecia, Portugal y Chipre. En cambio, el porcentaje de uso de programas de filtrado (42,7%) y monitorización (32,2%) de ordenadores es inferior a la media europea, que en el caso del Reino Unido llega al 77%.

La combinación de estos datos refleja, según los investigadores, que el nivel de conocimiento de Internet de los padres españoles es inferior al de los anglosajones y escandinavos, motivo por el que están más preocupados pero utilizan menos las herramientas disponibles para evitar un mal uso de internet por sus hijos.

España es el segundo país de la UE en el que los padres más hablan con sus hijos sobre lo que hacen en Internet y más se sientan con ellos ante el ordenador, y el tercero en cuanto a la revisión de las páginas visitadas y del correo electrónico y la mensajería instantánea de sus hijos.

Además, los españoles también son de los europeos que más prohíben usar el ordenador, hablar por Internet con personas desconocidas, «chatear» y utilizar el correo electrónico.

Fuente: 20minutos.es

La seguridad en Internet es un problema de educación

La seguridad en Internet y las nuevas tecnologías no es un problema de tecnología, es un problema de educación, apoyo y socialización también de los progenitores.

Una encuesta muestra a los padres españoles entre los más preocupados de la Unión Europea por los peligros asociados con Internet.

Internet sólo es un instrumento, y los padres que menos lo manejan y conocen son también los más remisos a autorizar el uso de las nuevas tecnologías por parte de sus hijos.

Los niños y adolescentes españoles usan Internet y los móviles menos que el resto de los europeos. Tres cuartas partes de los adultos restringen también el uso de redes sociales, imprescindibles para la socialización cotidiana.

¿No corremos el peligro de estar creando un nuevo atraso digital? Cuando la propia Unión Europea proclama la Europa 3.0 y de las tecnologías de la información como gran apuesta de futuro económico, social y político, la brecha digital, aunque esté sustentada en buenos propósitos, resulta peligrosa.

Sólo un 6% de los chicos españoles ha pedido ayuda al sentir algún peligro de los citados. Seguramente porque lo sufren menos de lo que sugiere el alarmismo de telediarios y periódicos.

Pero también porque el analfabetismo digital se traduce en falta de ayuda y confianza. La brecha digital está en los hogares y en el colegio. Sólo un tercio de los niños usa la Red en la escuela frente a una media europea que alcanza el 57%. Los padres no saben usar programas de filtro y les falta apoyo especializado. Pero sobre todo desconocen cómo educar a sus hijos en el uso de Internet y en la vida digital que ya viven. Ahí anidala brecha digital y el verdadero desafío para el futuro.

Fuente: eldiariomontanes.es

Es preciso que los padres controlen el consumo que sus hijos hacen del móvil

El defensor de menor de Madrid aconseja a los padres que establezcan un horario para que sus hijos desconecten el teléfono móvil, compartan los gastos del mismo y habiliten los filtros disponibles para proteger a sus hijos de los riesgos y usos indebidos de los móviles.

Son recomendfaciones incluídas en el estudio «La telefonía móvil en la infancia y la adolescencia» elaborado junto a la Universidad Rey Juan Carlos sobre 1.345 entrevistas a niños de toda la región.

Ocho de cada diez niños madrileños de entre 10 y 16 años tiene un teléfono móvil de última generación y llegan a gastar 42 euros al mes, coste que suelen asumir sus padres.

El informe pone de manifiesto el alto grado de dependencia que tienen los menores hacia los terminales, un 25% de los menores confiesa que no lo apaga nunca o sólo lo desconecta cuando está en clase o para dormir.

Durante la presentación del informe el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, ha mostrado su preocupación porque un 10% de ellos lo utiliza para gastar bromas, hacer grabaciones que después cuelga en la red o para molestar a otros.

Además, más de la mitad de los menores considera que todos los alumnos que tienen uno lo llevan al centro escolar, aunque luego lo apaguen o lo pongan en silencio.

Según se desprende del estudio, la mitad de los menores entrevistados adquirió su primer terminal con 9 ó 10 años, como regalo en algún evento especial y, para ellos, el móvil es una seña de identidad, que cambian cuando pueden, ha explicado Canalda.

La mayor parte de los encuestados argumenta que lo tienen porque lo necesitan, les gusta o, simplemente, porque sus padres querían que tuviera uno.

El informe ha puesto de manifiesto el alto grado de dependencia que tienen los menores hacia los terminales, un 25% de los menores confiesa que no lo apaga nunca o sólo lo desconecta cuando está en clase o para dormir.

Además, el 62% de ellos dice utilizar frecuentemente el teléfono, de media entre una y dos horas diarias, para que sus padres lo tengan localizado, quedar con los amigos o avisar a sus progenitores.

Para los adolescentes, el móvil supone independencia y sólo existen si te llaman o envían mensajes, mientras que para sus mayores es un elemento de control, ha asegurado el Defensor del Menor.

No obstante, el 41% de los entrevistados afirma que en relación al móvil sus padres sólo controlan el dinero que gastan.

En el estudio se informa de que son los padres los que asumen normalmente los gastos del terminal (en un 65% de los casos), que pueden llegar a ser de hasta 42 euros al mes.

Mientras que a los menores lo que más les preocupa es perder el móvil o que se lo roben, sus padres se muestran mayormente preocupados porque sus hijos contacten con extraños o lo usen indebidamente, ha señalado Canalda.

Fuente: elboletin.es